jueves, 14 de septiembre de 2017

día 2800 de esclavitud, 772 de castidad

como habrá podido comprobar cualquier lector avezado, este blog va de determinados temas que se repiten cíclicamente. aunque su título sigue siendo válido, uno descubre que la vida de un esclavo no es tan interesante como le gustaría al lector o a cualquiera. eso también lo sabe cualquier seguidor de gran hermano, que para lo único que sirve es para darse cuenta de que l la vida real no es ni una serie de televisión ni una película de acción y que está llena de momentos y espacios vacíos y aburridos, y gracias a ellos.
uno de esos temas, al que sin embargo no hemos vuelto mucho es al del proceso que debe llevar y seguir el Dominante cuando encuentra y entrena a un inferior. el entrenamiento, entendido como proceso en el que uno va descubriendo su auténtica naturaleza y va aceptándola, es un proceso en dos direcciones ya que es algo que hace el inferior pero que también afecta al Superior. de tanto trabajar al sumiso nos hemos olvidado que los Dominantes también han sido socializados en unos valores y criterios que no está acordes con el bdsm.
sí, es cierto que ser dominante, autoritaria, seguro y controlador en esta sociedad general está más aceptado que se sumiso y obediente pero hay cosas que el Dominante también tiene que quitarse de encima como el hecho de que merece ser servido, que cualquier cosa que el sumiso haga por Él no tiene ni necesita una contrapartida, que una vez entregado, tiene derecho a usar al sumiso como desee y según los términos de la negociación y, en última instancia y en el escenario más radical, que tiene el derecho a poseer a otros, bien sean esclavo, perros u objetos.
puede parecer fácil pero no lo es porque tiene, además que dosificar la compasión justa para desarrollar al sumiso, con el sadismo necesario para llevar a este hasta sus potencialidades. como en otras cosas, esto es una complementariedad y mientras el inferior debe repetirse constantemente "no tengo derecho a..." y vivir acorde a este principio; el Superior debe repetirse: "Tengo derecho a...." y vivir acorde al mismo. cualquier cosa contraria a estas afirmaciones desvirtúa la relación y provoca insatisfacción por ambas partes.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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