martes, 12 de septiembre de 2017

día 2798 de esclavitud, 770 de castidad

llega un punto en el entrenamiento como inferior en que se da como la ruptura de la barrera del sonido, un bum que hace que ya no puedas pasar y que hace que cambies de perspectiva. algunos utilizan, ya lo hemos visto en el blog, en otras ocasiones "romper al esclavo o al sumiso". es vencer sus resistencias y, en ese momento de "iluminación", saber que no hay marcha atrás.
ese punto de inflexión, al objeto, le ha llevado a considerar la libertad como una condena y el placer sexual como una esclavitud y un castigo. esto significa que, para el objeto, la auténtica libertar está en la obediencia y el auténtico placer, en la castidad. cualquier otra fuera de eso es una carga, no una satisfacción.
por ejemplo, muchos, casi la mayoría de los practicantes de la castidad la viven como una forma de aumentar el placer sexual del coito o del orgasmo, posponiéndolo un tiempo determinado. algunos además, encuentran satisfacción dejando la decisión de correrse y tener ese orgasmo en manos de otros. en ambos casos la cuestión y el fin es el mismo: aumentar el placer sexual mediante la eyaculación con orgasmo.
ahí está la diferencia con el objeto, que ha sido sentenciado a no tener otro orgasmo nunca más. no habrá desahogo para el objeto, ni tampoco límite; es una situación de por vida. el objeto la abraza, la acepta y la agradece porque, como dice el Dueño, que ha dictado esta sentencia "es por su bien", por el bien del objeto.
y el objeto abraza ese principio y lo asume y lo integra porque el Dueño así lo ha ordenado, pero se convierte el acto de eyacular, de la forma que sea, en algo humillante y frustrante para el objeto, y se refiere no al orgasmo, algo fuera de su horizonte vital, sino al acto de eyacular bien sea por masturbación simulada con la jaula, moviéndola hasta que salga la leche, como por estimulación prostática, también con la jaula puesta.
igual ocurre con la "libertar". la mayoría de los sumisos quieren y desean perder el control en un periodo de tiempo determinado, una sesión, pero después desean recuperar ese control y seguir con sus vidas como si nada pasase. sin embargo hay un pequeño grupo de sumisos, entre los que se incluye el objeto, que no se sienten bien volviendo a la vida "después de la sesión". han..., hemos tomado conciencia de que ese estado de sometimiento, de obediencia a la voluntad de otro, es nuestro estado natural, aquello que hemos estado buscando y deseando toda la vida.
esto podría parecer un gran descubrimiento pero puede ser igual de devastador que correrte viviendo en castidad. si no eres encontrado por un Superior que decida acogerte y usarte, entonces vivirás con el dolor de una vida incompleta e insatisfecha.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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