lunes, 11 de septiembre de 2017

día 2797 de esclavitud, 769 de castidad

el objeto está fallando estrepitosamente en el tema del silencio. comenzó relativamente bien pero en las últimas semanas ha vuelto a convertirse en una especie de incontinente verbal. no es tan importante que las palabras estén presentes cuanto que el silencio sale despedido cuando ellas ocupan todo el espacio. el objeto va descubriendo que la obediencia, en su caso, va conectada con el silencio interior y exterior. el ego aprovecha el ruido y el escándalo para colarse, porque usa la ausencia de paz y tranquilidad para hacerte creer cosas. tal vez esta sea la razón por la que los lugares religiosos sean lugares pacíficos y silenciosos, porque es uno de los vehículos para encontrarte contigo mismo.
y tal vez por eso, la mazmorra de la esclavitud voluntaria debe ser un sitio aislado, silencioso y solitario. no hay mucha diferencia entre la mazmorra de un esclavo, un objeto, voluntario y la de un monje, que por cierto también se llama celda. ambos viven quitando todo lo accesorio y ambos fuerzan de distinta manera el cuerpo para llegar a lugares más allá. por caminos distintos buscan el mismo fin y tienen la castidad y la obediencia como mecanismos para conseguirlo. es, tal vez, la prueba más evidente de que los extremos se tocan.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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