viernes, 1 de septiembre de 2017

día 2787 de esclavitud, 759 de castidad

si cualquiera hubiera tenido un dron o una cámara vigilando constantemente al objeto hubiera grabado un día de trabajo normal. mensajes, reuniones, actividades, lo típico. al salir del trabajo hubiera visto al objeto ir a comer con unos amigos y tener una larga sobremesa que habría terminado normalmente. hasta aquí todo normal. sin embargo lo que no habría grabado la cámara es, primero, la jaula que lleva el objeto y que lo marca como una propiedad del Dueño,y segundo, que todo eso que ha pasado ha ocurrido porque el Dueño lo ha permitido y ha concedido que asi fuese. la comida fue posible porque el Dueño explícitamente dio permiso al objeto para ir a comer.
de hecho pasó una cosa en la sobremesa. estábamos en una cafetería, en la terraza, y el objeto recibe un mensaje del Dueño, de una película que había encontrado en amazon. "La quiero", fueron sus escuetas palabras, y allí mismo, desde el móvil, el objeto la compró para el Dueño. el resto de compañeros no se enteró de nada. acababa de hacer una ofrenda al Dueño, al propietario del ser que tenían al lado y para ellos sencillamente había contestado un email o un mensaje cualquiera. nunca hay que fiarse de las apariencias.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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