durante mucho tiempo imágenes como estas fueron la mayor fantasía del objeto. las miraba con envidia, soñando con ser uno de esos sumisos que eran controlados y sometidos algún día. y como casi todo en la vida, llega un momento en que aquello que deseas se cumple. si te esmeras lo suficiente y pones toda tu energía, se cumple. ahora el objeto es un objeto castrado, mudo y obediencia, sometido completamente a la voluntad del Dueño, de forma que no sólo no puede negarla nada, sino que su alimento diario es la sumisión y obediencia al Dueño. el objeto ya no puede vivir sin El, porque el Dueño es lo que hace que el objeto se levante cada mañana. de hecho el objeto no es sino una prolongación del Dueño. vive por Él, existe por Él, respira por Él. la camisa de fuerza de latex que tiene el Dueño en madrid y que pone al objeto cuando va no es sino la materialización de este sentimiento, de esta indefensión que siente el objeto ante alguien tan grande y tan superior como el Dueño.
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