el objeto ha ido aprendiendo, de la mano del Dueño, lo que es importante y lo que no, aquello que necesita para vivir y aquello que es accesorio. la jaula le ha castrado, aunque siga teniendo un pene funcional, que no es necesario para servir al Dueño. ahora está aprendiendo que no necesita hablar para obedecer, para desarrollar su auténtica naturaleza, que puede hacerlo en silencio absoluto, como si fuera mudo. este es un camino que aún está recorriendo. y luego está el sentido que más valora el mundo occidental, el de la vista. el objeto puede que llegue a un punto en que tampoco sea necesario. si el Dueño está ahí ¿para qué ver? el Dueño sería sus ojos, en sentido figurado pero también real. tras el Gran Salto el Dueño mantendrá aislado al objeto la mayor parte de tiempo, tal vez semanas, o meses. el único acceso al mundo será a través del Dueño. una vez pasada el periodo de adaptación, ¿para qué ver nada más? ¿hay algo que realmente merezca la pena? el Dueño mostrará al objeto aquello que merezca la pena. lo demás no es importante.
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