el objeto debe confesar que le gusta el orden, realmente necesita el orden, que los símbolos estén claros, que las órdenes sean concretas, que las palabras no tengan dobles sentidos. cuando esto no se cumple se siente perdido y desconcertado. por eso agradece tanto al Dueño el trabajo que ha hecho de organización de la vida del objeto. esta reflexión viene a colación de la FdD de hoy porque a primera vista podríamos estar ante un Superior: esas botas, ese cuero y esos guantes. sin embargo la situación en la que se encuentra crea cierta confusión. ningún Superior aceptaría estar en ese estado por propia voluntad. podría ser que fuera forzado a ello. además inmediatamente caemos en la cuenta de que lleva la cartera en el lado izquierdo, un signo inequívoco de ser Dominate, o al menos asumir un papel activo en las relaciones de Dominación/sumisión. el desconcierto está ahí. si el objeto estuviera físicamente delante de esta persona en esa situación se sentiría, inicialmente, sin saber qué hacer. pero pronto cae en la cuenta de algo. no tiene que hacer nada, sólo tendría que obedecer, que mirar al Dueño y hacer lo que El ordenase. esa es la ventaja de los inferiores, no podemos equivocarnos porque no podemos elegir, o al menos no debemos hacerlo porque siempre que lo hacemos erramos. por eso el objeto puede afirmar que las cosas están claras, los símbolos precisos y las palabras con un sólo sentido, aquel que el Dueño les quiera dar. el objeto sólo tiene que obedecer.
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