la superioridad o la inferioridad no es una cuestión de edad, sino de naturaleza. hay jóvenes que, sin ningún problema dominan a adultos y gente mayor que se somete porque no puede hacer otra cosa. es cierto que el proceso de maduración lleva a mucho a desarrollar con los años su naturaleza dominante, pero no tiene que ser así necesariamente. en la infancia esto se confunde con el capricho de los niños, y es en la adolescencia donde empezamos a ver cómo un auténtico dominante se va cuajando. en muchos casos se produce una deformación, si la socialización consigue que el dominante abandone sus impulsos por aquello que decía nietsche de que en nuestra sociedad prima la "moral del esclavo". esos son Amos malogrados que no consiguen realizarse y son condenados a la infelicidad.
el problema de esto es que muchos confunden Dominación con capricho y piensan que, efectivamente, ser Dominante es hacer lo que les venga en gana. esto es un profundo error. los auténticos dominantes son los seres más responsables del universo. saben lo que significa tomar en sus manos y asumir la vida de otro ente, de otro ser y eso produce una fuerte sensación de respeto. tener mucho poder implica mucha responsabilidad para usarlo. con él puedes crear, pero también destruir y esta dualidad marca la diferencia entre un Amo Dominante, y un caprichoso con ínfulas megalómanas. como inferiores estamos obligados a distinguir unos de otros porque sólo los primeros, sean de la edad que sean, merecen nuestros servicios.
domingo, 9 de julio de 2017
FdD edad
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