en cierta medida, todo proceso de sumisión es un proceso de deshumanización. cualquier práctica bdsm, desde el bondage más ligero, hasta la objetificación más radical, se basa en privar al sujeto de alguna de sus capacidades: movimiento, sentidos, acción, decisión.... cuando más rasgos se eliminan, más profunda es la sumisión, mayor el control y, por tanto, la dependencia. los métodos pueden ser muy variados, desde una simple cuerda a un proceso de condicionamiento mental que llegue a los lugares más profundos de la psique del inferior. algunos son tan sencillos como unos mitts, y otros tan complicados como una momificación con un traje de latex o una suspensión con cuerdas. lo que siempre ha atraído al objeto de el bdsm es su variedad, pluralidad, riqueza y cómo excita la imaginación. las posibilidades son casi infinitas.
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