a veces el fetichismo nos puede salir al encuentro en lugares normales, vulgares y cotidianos. la foto de hoy es un ejemplo de ello. siempre podemos cruzarnos con un botero en un supermercado. aquí prima la idea de vestirte y parecer como aquello que buscas. los boteros, por tanto, llevan botas y buscan boteros, o al menos se fijan en ellas, como aquel segurita del aeropuerto que preguntó al objeto si las botas que llevaba eran sendras. si 402 se encontrara con el botero de hoy posiblemente no sería capaz de preguntarle nada, pero sí que no podría apartar la mirada. no sería la primera vez que, llevando botas, se cruza con otro botero y las miradas lo dicen todo.
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