sólo un auténtico fetichista comprende, porque lo ha experimentado, el embriagador efecto de emborracharse con su fetiche, de sumergirse en él y perder la identidad, la conciencia, la voluntad. el cuero y las botas tienen ese efecto en el objeto. cuando las lame, cuando las toca, cuando las huele... en esos momentos todo desaparece y 402 pierde incluso la conciencia de sí mismo para convertirse en uno con aquello que le rodea. es como sumergirse en un mar tranquilo o, como decía, emborracharse hasta perder el sentido, sin los efectos secundarios de la resaca, eso sí. aunque sí que hay un efecto secundario, que es el de situarte en subspace, en ese estado mental que te prepara y capacita y sitúa para servir y obedecer. es la puerta de la sumisión, por ella entra el esclavo y sale el ego, dejándote listo para que tu Amo te use.
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