el rostro de un objeto es una reminiscencia humana, por eso la capucha, tanto sea de latex o cuero, es su verdadero rostro: ningún rasgo presente debería recordar, al propio objeto o a cualquier hombre de verdad alrededor suyo, la apariencia humana de un objeto. porque un objeto sólo es eso, apariencia humana. no es un hombre de verdad, es como un muñeco que tuviera autonomía pero que todos saben que no es realmente un hombre. en su interior un objeto se siente así, extrañado y hasta podría decirse que asqueado de su humanidad. por eso es un acto de misericordia, de compasión, evitar al objeto el sufrimiento de tener que enfrentarse a su apariencia humana. las mordazas, la capucha, su piel de latex no son una tortura, son un regalo que el Amo le hace para que no tenga que sufrir viéndose como lo que no es.
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