poca gente que no haya tenido la experiencia da la sumisión, de ser atado y a merced de otro, podrá comprender el sentimiento de confianza y de paz que produce no tener el control de nada lo que ocurre a tu alrededor. independientemente de tus impulsos sumisos o no, o tal vez no tan independientemente, cuando estás atado y llegas a ese punto en el que descubres que no puedes liberarte aunque te lo propongas, descubres que has perdido el control, la capacidad de reacción, y que no puedes hacer nada para evitarlo. entonces sólo te queda confiar en que el otro no te haga daño, no te castigue sin razón, no te use hasta más allá del límite, o incluso que no te mate. porque sabes que no puedes controlar ni evitar nada de esto en caso de que se produzca. estás atado, inmovilizado y dependes completamente de otro. puedes luchar pero lo mejor que puedes hacer es dejarte llevar y abrazar ese sentimiento. entonces descubrirás esa paz tan profunda y radical.
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