la vida normal es una vida de control. la agenda, el reloj, las citas, los horarios; todo eso nos lleva a tener la fantasía de que controlamos nuestro entorno y de nada malo nos puede pasar, pero no es más que eso, una fantasía. la realidad es que nuestro control sobre el entorno es muy limitado. cuando uno vive una experiencia de bondage dentro de un contexto de bdsm lo que siente es que ese descontrol, que nuestro subconsciente intuye, se convierte en un hecho, en una realidad. la primera vez que te ata un extraño, por mucho que hayas hablado con él , sientes la tensión de ¿será un psicópata? ¿me hará algo? porque si desea hacerlo, al estar atado, no podrás impedírselo.
esta sensación de indefensión, que es el núcleo real de toda experiencia de bondage, se acrecienta si te ocurre en un entorno natural, donde las normas de la "civilización" no existen. la naturaleza, a pesar de nuestros esfuerzos de controlarla, sigue siendo el Amo más terrible que existe y ante el que nos sentimos más impotentes la mayoría de las veces. enfrentarse a ella y que te pongan a su merced, a su disposición es algo que realmente asusta. tal vez por eso a tanta gente le gustan las sesiones "outodoors", al aire libre.
jueves, 16 de marzo de 2017
FdD outdoors
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