dicen que todo los que entran en la cárcel tienen que pasar un período de adaptación que se caracteriza por un decaimiento generalizado, rozando la depresión, algo por otra parte normal. la cuestión es que esto también podría pasar en el caso de un confinamiento prolongado incluso habiendo sido aceptado en una relación de esclavitud voluntaria. estar entre cuatro paredes, con tu horario reglado, sin posibilidad de elegir qué hacer o controlar tu tiempo y teniendo bastante tiempo sin hacer nada puede ser un auténtico problema. una cosa es estar un par de horas atado, incluso unos días encerrado y otra muy distinta pensar en términos de semanas o incluso meses. si realmente se quiere mantener a un esclavo encerrado durante tiempo deben haber una serie de condiciones, como por ejemplo la posibilidad de hacer deporte, una ocupación como leer, escribir o cualquier tipo de trabajo manual. igualmente debe haber ventilación y, sobre todo, la vida tiene que estar muy reglada, con un horario estricto que mantenga la mente del esclavo centrado en la tarea actual. la inactividad sería un auténtico problema y sería el origen de muchas inquietudes e inseguridades. se calcula que este periodo de adaptación podría durar un mes, tal vez dos. la experiencia ha demostrado que, una vez pasado, al esclavo le costará volver a su vida cotidiana, de hecho no querrá hacerlo sino mantenerse en ese oasis de silencio y sumisión, que era lo que realmente quería.
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