nadie puede dudar de que vivimos en una sociedad de la imagen. y aunque la imagen efectivamente está también presente en el bdsm es cierto que aquí hay ciertas cosas que permiten afirmar una mayor libertad con respecto a la dictadura de la apariencia. determinados grupos fetichistas, como los osos, por ejemplo, donde la delgadez ya no es una obligación, o las relaciones Daddy/boy, donde la edad es un plus, critican y cuestionan esta dictadura en la que vivimos. es cierto que el porno bdsm gay acuña unos estereotipos que pueden jugar en nuestra contra, porque son tíos cachas, físicamente perfectos, guapos, carne de gimnasio. la realidad es mucho más normal: gente con barrigita, canas, no tan guapos... pero, como se ha dicho otras veces en este blog no vivimos en una película porno, sino en la realidad. lo que le atrae a 402 es que, en la realidad del bdsm, parece que todos tenemos cabida.
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