uno puede pensar por el imaginario colectivo, que esto del bdsm es algo propio de gente sucia, baja y arrastrada. pues nada más lejos de la realidad. de hecho es algo más común entre las clases altas y formadas que lo que se podría uno imaginar. de hecho tanto el Dueño como este objeto tienen un título universitario y trabajos que están por encima de la media en cualificación y responsabilidad. en el caso del Amo esto no sorprende tanto pero el hecho de que un profesional formado, maduro y ciudadano completamente funcional se arrodille y someta a otro de la manera en que lo hace un inferior, causa mucho malestar. la razón es que funcionan los estereotipos, los prejuicios y que un hombre se someta a otro de la manera en que lo hace un esclavo o un objeto, cuestiona los principios mismos de la propia sociedad. un esclavo pone en evidencia la falsedad de la igualdad de la sociedad, de que todos tenemos los mismos derechos y de que estamos al mismo nivel. es preferible seguir creyendo en lo que te han enseñado y has asumido acríticamente, que plantearte su realmente se vive mejor de pie o de rodillas. y aquí nos encontramos de nuevo con la paradoja. arrodillarse y someterse a un Amo es un acto de humillación para la sociedad, de libertad para el esclavo y al tiempo una crítica a los fundamentos de esa misma sociedad.
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