cualquier sumiso, en cualquiera de los niveles, bien sea esclavo, perro u objeto; descubre en un momento dado una gran verdad que da sentido a muchos cosas alrededor suya: que no puede vivir libre, que no nació para vivir libre, sino sujeto; sujeto a unas normas, sujeto a una persona, sujeto a un compromiso. está en la naturaleza sumisa la obediencia y, hasta que no la encuentra y vive dentro de ella, siente un profundo sentimiento de intranquilidad, de pérdida, de vacío. es como si faltara algo en todo momento. la primera vez que ese sentimiento desaparece normalmente suele ser la primera vez que lo atan o le ponen unas esposas, cuando intenta volver a moverse, seguir con su vida normal y sabe que no puede. esa sensación de indefensión es como un subidón en el alma del sumiso. a partir de ese momento buscará esa experiencia de forma cada vez más intensa y ya no habrá marcha atrás. cualquier otra cosa será insatisfactoria. y llega un punto, en el que cree 402 que está, en que sólo deseará estar atado o esposado todo el tiempo, porque estar sujeto y controlado es la única forma de ser feliz.
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