dentro de la tradición de la Vieja Guardia, los primeros lederones que vivieron en un entorno de relaciones de Dominación/sumisión fueron los clubs de moteros de finales de los años 40 y la década de los 50. nutridos de soldados de la II guerra mundial que habían combatido en el frente y habían forjado vínculos de camaradería y masculinidad, no eran precisamente personas débiles o pusilánimes. sea un origen mítico con base histórica o no, este hecho marca a aquellos que deseamos, y vivimos, el bdsm como una forma de vida más que como una práctica sexual más. el intercambio de poder que implica este tipo de relaciones exige fortaleza, honradez, sinceridad, honor y un montón de valores que se le escapan a la mayoría de la gente, sumida como están en el principio del utilitarismo por el utilitarismo. pocos pueden comprender lo enriquecedor que puede ser un castigo, o lo fuerte que puede hacerte llegar hasta el límite de tus fuerzas. a muchos sólo les guía la dicotomía me gusta/ no me gusta, y se olvidan que el placer sólo es uno de los elementos inmersos en este tema. crecer, madurar, fortelecerte, establecer vínculos duraderos. de eso se trata y a veces olvidamos el horizonte, de donde venimos y a dónde tenemos que ir.
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