en muchas entradas de este blog se ha hablado del cuero como una especie de metáfora de una armadura, que protege al Dueño de los elementos exteriores que pueden hacerle daño. un claro ejemplo de ello son los moteros que lo usan como primera medida de protección. sin embargo, en el bdsm y en una relación D/s también tiene un sentido de marcar distancias, de mostrar la asimetría de la existencia y de la naturaleza. a veces un esclavo, especialmente en las escalas más bajas de la sumisión, no merece ser tocado. es algo tan humillado que sólo merece ser rozado por un material como el cuero. una caricia del Dueño con su propia mano, con su propia piel es algo tan sublime que debe reservarse para ocasiones especiales de reconocimiento, o cuando el Dueño así lo decida. el cuero entonces, y el latex también, se convierten en el material ideal, en la frontera y la barrera que ayuda a establecer los límites, las diferencias, entre Amo y esclavo.
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