un skin, con bomber y posiblemente botas aunque no se ven. si nos cruzáramos con él por la calle tal vez tendríamos problemas o nos asustaría. sin embargo algo le ha pasado y así, como está en la foto del día de hoy, no parece tan peligroso. no es peligroso en absoluto. una bota es suficiente para controlarlo, para mantenerlo a raya. en nuestro mundo podemos afirmar que su sumisión ha sido voluntaria, que el skin quiere estar donde está. sin embargo la fantasía no tiene límites y no está mal pensar que podría estar ahí obligado, forzado.
lo más sorprendente es lo fácil que puede resultar controlar a alguien. basta una bota lustrada bien puesta. la cara de dolor del skin es suficientemente expresiva como para saber que efectivamente está sufriendo. la verdad es que la imagen no tiene desperdicio.
jueves, 6 de octubre de 2016
FdD cambios
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