lo antiguo y lo nuevo no tienen que estar reñidos y los vaqueros de hoy pueden estar en cualquier aeropuerto esperando coger un avión mientras revisan su correo en el móvil. lo que no cambia, irónicamente, son las botas, y tal vez el sombrero. son señas de identidad de este grupo, aquello que los identifica y donde concentra toda su energía. es cierto que hay gente que parece vaquero sin serlo pero no hay duda de que estamos ante una versión genuina aunque sea por la silla de montar que tiene a sus pies. la forma de poner los pies parece una invitación, como si dijera "ven y lámeme las botas". ojalá pudiera hacerlo, allí mismo, en el aeropuerto. seguro que sería una escena digna del blog. para ello necesitaría el permiso o una orden del Dueño pero sería una de las pocas ocasiones donde poner en vigor esa frase que le gusta tanto al Dueño, y al objeto: "nadie te pisa salvo yo y aquellos a quienes yo le de permiso".
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