lo más duro de estos viajes siempre es la vuelta, el regreso. no sólo es un viaje físico, sino pasar de la vida a la no-vida, de ser tratado como un objeto a ser tratado como un ser humano, de manera equivocada, pero con todo lo que eso conlleva y significa. ayer el Dueño lo expresó muy bien: se trataba de reconstruir a 402 para que pudiera volver.
después de haber tenido el honor de dormir con el Dueño, nos levantamos temprano porque teníamos que ir al aeropuerto. llegamos según los cálculos del Dueño, como siempre, y nos sentamos en la cafetería, en el mismo sitio de siempre a desayunar.
el rato que estuvimos allí fue agradable y hablamos de muchas cosas. fue otro momento de reconstrucción interior, de preparación para el regreso.
cuando llegó la hora, allí mismo, el Dueño le quitó a 402 la cadena y se la guardó. es el último acto de cada viaje. aún le quedaba a 402 la jaula, que por cierto no se había quitado en todo el tiempo que estuvo en madrid, incluso después de haber pasado gran parte del tiempo empalmado.
el Dueño siempre acompaña a 402 al control de seguridad y allí nos despedimos. Él espera hasta que haya pasado para comprobar que todo ha ido bien. como en el viaje de ida, 402 pasó con la jaula puesta y no hubo ningún problema así que se confirma que el holytrainer es seguro frente a los detectores de metales. la verdad es que 402 sintió un ligero temor de que aquello sonara.
a partir de ahí, y durante cerca de cuatro horas todo fue soledad y estar en calma digiriendo. todo lo que había pasado estos días. 402 estuvo leyendo y además el avión se retrasó casi una hora a la salida.
durante el viaje 402 pudo comprobar nuevamente la falta de respeto de la gente hacia los demás. dos niños se pusieron a gritar en el avión y los padres haciendo oídos sordos, ni una llamada de atención, ni nada. estaban bromeando, más bien jugando, pero a los que estábamos cerca nos estaban molestando muchísimo. un simple vistazo era suficiente para ver que la pareja no iba bien.
al final el viaje terminó y 402 pudo descansar un poco. la vuelta ha sido como siempre, agridulce. se lo comunicó al Dueño en cuanto llegó y pasó el resto de la tarde descansando.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
domingo, 7 de agosto de 2016
día 2396 de esclavitud, 368 de castidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
que relato tan triste!!!!
Publicar un comentario