día 2342 de esclavitud, 314 de castidad

estaba 402 buscando y leyendo cosa en internet, como ha ordenado el Dueño, cuando se encontró con un diálogo entre dos Amos. uno preguntaba sobre la castidad. había oído que la castidad prolongada reducía el tamaño del pene y podría provocar problemas de erección.
el otro Amo contestaba que no había nada confirmado al respecto y que podrían ser suposiciones sin fundamento, aunque también podría tener visos de verdad. sin embargo, pronto daba un giro cuando terminaba su aportación con un "¿realmente importa?"
suponiendo que efectivamente el uso continuado de la jaula encogiera el pene del esclavo o le produjera problemas de erección ¿qué importa? ¿no se trata de eso, de anular su capacidad, su masculinidad? una polla dura en un esclavo es una ofensa para su Amo. la castidad siempre es preferible, incluso ante los posibles inconvenientes que pudiera ocasionar.
¿cuántas cosas hacemos sabiendo que son perjudiciales, y aún así las hacemos? y esto es así porque los beneficios son mayores que los problemas. las mujeres llevan zapatos que dañan la espalda; los jóvenes usan pantalones ajustados que causan problemas, y nadie dice nada.
la castidad impuesta, o voluntaria, debería ser obligatoria para todo esclavo, sumiso, perro u objeto. una vez rota la sexuallidad, obligado a someter su deseo, habrá comenzado la destrucción de cualquier esperanza o atisbo de liberación por parte del sumiso.
esta es una práctica cada vez más extendida y popular, tanto en esclavos heteros como gayas y la razón es que pocas cosas se han demostrado tan eficaces para quebrar la voluntad de un esclavo como esta. 402 lo ha comprobado en sus propias carnes. ya no hay alternativa, primero porque el Dueño lo ha dicho, que 402 morirá con la jaula puesta, y luego porque incluso sin ella, sin el Dueño, 402 duda que pueda volver a llevar una vida sexual como antes de la jaula. 402 ha pasado un punto de no retorno, de transformación radical. en su existencia de objeto hubo un antes y un después de la jaula.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega