domingo, 8 de mayo de 2016

día 2305 de esclavitud, 277 de castidad

Dueño y objeto se levantaron bastante pronto. estaba lloviendo. lleva así varios días en madrid, casi desde que este objeto llegó. rápidamente nos vestimos y 402 recogió todo lo que tenía que llevarse, preparando el poco equipaje que llevaría: los libros que había comprado, la poca ropa que llevó y su nueva piel. el plan era desayunar por ahí y luego ir al aeropuerto porque el avión salía a las tres de la tarde.
efectivamente salimos y estaba lloviendo. 402 se dio cuenta de que era la primera vez que salía de la habitación desde el viernes al mediodía. casi 36 horas encerrado, y podría haber estado mucho más tiempo. fue una nueva muestra de que la idea de vivir encerrado no es tan descabellada. teniendo los elementos necesarios, muy pocos por cierto, es posible.
caminando hacia el centro 402 le propuso al Dueño por qué no desayunábamos en el vips de colón y al Dueño le pareció una fantástica idea, sobre todo porque nos guarecería de la lluvia, y allí fuimos. desayunamos tortitas y eso hizo más llevadero la despedida que seguiría.
a continuación cogimos el metro y fuimos ya hacia el aeropuerto, donde tomamos un refresco en la cafetería. luego estuvimos caminando por ahí, haciendo tiempo, o retrasando la despedida... o ambas cosas a la vez. el hecho es que, llegado el momento, el Dueño tuvo que quitarle la cadena a 402 para poder pasar el control. es uno de los momentos más duros de todo esto.
a la hora de pasar el control 402 hizo algo arriesgado. había leído en la página de holytrainer que sus dispositivos de castidad no pitaban en los controles de seguridad de los aeropuertos, así que decidió probarlo y pasar el control sin quitarse la jaula nueva que el Dueño le había colocado el jueves por la noche. y asi lo hizo con permiso del Dueño y mientras Éste miraba desde más allá de la barrera. al final 402 pasó efectivamente el control enjaulado y eso le dio un subidón de adrenalina.
el vuelo tardó un poco en salir, pero al final 402 estaba sentado de vuelta a canarias y pasó gran parte del tiempo leyendo uno de los libros comprados en berkana. fue agradable, un buen rato, aunque el piloto tuvo algún fallito al aterrizar. el resto de la tarde, ya en casa, la pasó 402 intentando descansar y volver a la normalidad. mañana otra vez trabajo y ahora tiene que digerir todo lo que ha pasado estos días. como le dijo al Dueño por la mañana. ya sólo por el hecho de la nueva jaula hubiera hecho a esta viaje memorable. sin embargo las cosas que han pasado son tantas e intensas que hacen que eso mismo no parezca tan importante.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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