sábado, 30 de abril de 2016

minirelato

las cuerdas estaban muy apretadas. ya tenía calambres en las manos y los pies. eran cuerdas ásperas y le hacían daño. el Amo no se andaba con chiquitas, quería tenerlo inmovilizado en aquel sótano. no sabía si era un castigo o no, pero tenía que aceptarlo. la verdad era que no quería estar en otro sitio, sino allí mismo, con aquellos calambres y las cuerdas muy apretadas.

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