la mayoría de los esclavos están en silencio, gimiendo a lo más. están sometidos a la voluntad de su Amo y ante ella no cabe palabra. los gritos sólo aparecen cuando está presente el dolor, al menos exteriormente, pero eso no significa que los esclavos no griten silenciosamente. porque la sumisión surge de un grito desesperado de someterse, de ser controlado, de ser convertido en una propiedad. los esclavos gritan y gimen por ser sometidos y liberados para poder ser lo que realmente son. no es un grito de desesperación, sino una súplica de entrega, una petición de ser aquello que el resto de la sociedad les ha prohibido ser. los esclavos naturales han sido condenados toda su vida a ser castrados, viviendo como hombres libres. ahora gritan ser ellos mismos.
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