los esclavos no queremos límites, los necesitamos, los suplicamos, son imprescindibles para nosotros. cuando no están solemos perdernos, quedarnos sin saber para dónde tirar, qué hacer, cómo dirigirnos. cuando un Amo nos pone un límite, bien sea una cosa que no podemos hacer o una orden de algo que debemos hacer, en ese momento, tenemos un fin, un sentido, una orientación. esa inseguridad e indefinición que nos tenían paralizados desaparece y sabemos lo que tenemos que hacer. por eso los esclavos somos mejores cuando nos limitan, cuando tenemos claras una serie de normas, unos principios por los que vivir. de ahí que cuando, por ejemplo, estamos esposados, no nos sentimos mal, porque las esposas nos limitan e impiden que vivamos en ese estado que nos deja incapacitados para casi todo. cuando un Amo ordena o prohibe está ejerciendo su poder precisamente para salvar al esclavo de sí mismo.
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