cualquiera podría imaginar que el perro se siente más relajado en lo referente a la castidad, más desahogado ya que se sacó la leche ayer. sin embargo es justamente todo lo contrario. le tensión aún es mayor, y el perro tiene más ganas de correrse que nunca. el motivo es que la sacada de leche no se tradujo en una disminución del deseo, sino justo lo contrario. esto confirma la suposición que tenía el perro, que una vez comenzado el camino de la castidad, romperla de alguna manera, incluso si sólo es sacando la leche por motivos higiénicos, es un paso atrás, o al menos un peligro porque pone al perro al borde del abismo, porque para el perro, hoy correrse sería caer por un abismo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
sábado, 2 de enero de 2016
día 2179 de esclavitud, 151 de castidad
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