los días se suceden casi sin darme cuenta y sin mucho sentido porque no pasa nada excepcional, nada diferente. sencillamente ocurren . empiezan, y antes de que el perro se de cuenta, ya se ha hecho de noche. y para cuando te quieres dar cuenta ya ha pasado otra semana.
hoy, más que nunca, el perro se da cuenta que su vida puede ser así: mucho tiempo en silencio. incluso en soledad, aislado, encerrado, tal vez en privación sensorial y bondage severo. pero es la vida que desea y que aceptó cuando el Dueño le puso la cadena alrededor del cuello.
sumisión en silencio, castidad y obediencia.
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