a veces el perro desea arrancarse la jaula y quitársela de golpe. en ocasiones hasta se olvida que la tiene, pero en otras es una presencia constante, que incomoda y no te deja olvidar que está ahí. es en esas ocasiones cuando querrías no tenerla, y sin embargo son los días, como hoy, en que más la necesitas ahí, porque la jaula no te impide sino te protege contra ti mismo, contra tus deseos, pero sobre todo contra la posibilidad de decepcionar al Dueño, de fallarle incumpliendo sus órdenes. tus deseos de quitártela son menos importantes que tu obligación de mantenerla ahí por deseo del Dueño. las prioridades están claras aquí.
sumisión en castidad, silencio y obediencia ciega.
viernes, 11 de diciembre de 2015
día 2157 de esclavitud, 129 de castidad
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