lunes, 9 de noviembre de 2015

FdD miradas


no hay que ver la cara de un Amo para saber que es un Amo. basta una palabra, el lenguaje corporal, un gesto. de hecho el perro se imagina ya viviendo con el Dueño pero sin poder mirarle. eso ha pasado muchas veces en los viajes que ha hecho para servirle: no ha podido mirarle directamente. porque lo ha vivido el perro entiende a esos Amos de micromanagement que ordenan a sus esclavo no levantar la vista del suelo, de sus botas. no sólo es una muestra de humildad, es una forma de reconocer perfectamente su superioridad. son cosas extrañas que pasan. el perro, por ejemplo, es completamente incapaz, incluso habiendo sido dado permiso, de tutear al Dueño. no lo consigue, no le sale, es algo que va contra lo que es y por eso no puede hacerlo. por eso el perro no duda que llegue un momento en que efectivamente le sea difícil mirar directamente al Dueño. no se considera digno de eso.

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