martes, 10 de noviembre de 2015

día 2126 de esclavitud, 98 de castidad.

por la mañana, y toda la tarde, trabajando. la mañana fue en el trabajo y por la tarde fue en casa. la no-vida parece omnipresente y todopoderosa, pero sólo lo parece. el perro, gracias al Dueño, tiene sus anclajes en la vida, sobre todo la jaula y las botas. cuando se siente desesperar por una vida que no es la suya, sencillamente se fija en ellas, las toca o toma conciencia de que las lleva y la cosa mejora. parece una tontería, pero al perro le sirve, y mucho.
por cuestiones vitales el perro aún no puede dar el Gran Salto pero eso no significa que deba renunciar a su vida. el Dueño consigue un perfecto equilibrio entre una cosa y otra, lo que no significa que, a veces no se rompa o se desequilibre. entonces hay que trabajar un poco para restaurarlo. y luego quedan esos momentos de vida plena, cuando el perro va a servir al Dueño y se arrodilla ante Él.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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