un perro no va, lo llevan; y esto es válido tanto para los de cuatro patas como para los de dos. de hecho el collar y la correa no son sólo para los perros humanos, sino que sirven para sumisos, esclavos, boys, perros y objetos, en definitiva para todo el espectro de aquellos que se someten a otros. una de las claves de la sumisión es, precisamente, el ser llevado y el obedecer sobre el mandar. saber que otro ordena y que tú haces lo ordenado. eso puede servir tanto para un momento concreto como para la vida en general.
el collar y la correa son instrumentos para guiarte, para llevarte, para hacerte obedecer. sin ellos el perro iría por cualquier sitio y eso significa que se perdería en la inmensidad de todas las posibilidades. obedecer al Dueño le salva de eso, por eso el collar y la correa son instrumentos de salvación.
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