si ayer hablábamos de vergüenza y orgullo en un contexto vanilla en referencia a las botas, hoy nos referimos a ellas como algo con un papel importante en el mundo fetichista. si vemos unas botas como las de la imagen, podemos afirmar sin duda que estamos ante un fetichista del cuero y de las propias botas. en ningún otro contexto sería comprensible y aceptable sin reparos esta imagen. el motero lo tiene claro, igual que nosotros. no se pone alguien esto para pasar desapercibido, sino por el contrario para llamar la atención y que nos miren o le miren. esas botas no son simple calzado, son una invitación a ser lamidas y adoradas, a que te fijes en ella y a captar la atención de cualquiera que pase por allí.
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