placer y dolor, gusto y tortura se dan la mano en el bdsm. todo esclavo que se precie quisiera estar enjaulado, pero si es encerrado y mantenida en una como esta digamos durante 9 horas, la cosa cambia. no hay sitio para sentarse, apenas para moverse. poco a poco la excitación va dejando paso a un dolor cada vez mayor, hasta que quieres dejarlo, salir, marcharte.
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