el día amaneció tranquilo, aún con los restos de lo ocurrido ayer. el Dueño tenía cosas que hacer así que permitió al perro salir a dar una vuelta por el centro de madrid. hacía muchísimo calor pero el perro intentó ir de tienda en tienda con aire acondicionado.
al mediodía el Dueño había quedado con un amigo para comer y el perro apareció cuando el Dueño le ordenó, así que comimos los tres. el amigo del Dueño sabe que el perro es el esclavo del Dueño y al perro le resulta raro estar en un contexto socialmente "normal" en el que se sabe que es un esclavo.
cuando la comida terminó el amigo se fue y el Dueño durmió una siesta, permitiendo al perro dormir en su cama con El. antes de dormir el Dueño dijo que quería que el perro se corriese, sin ninguna restricción, incluso que tuviera un orgasmo. el perro se asusto de entrada porque la última vez que lo hizo fue una experiencia desagradable. además significaba poner a cero el contador de la castidad, pero a pesar de ser una "sugerencia", las "invitaciones" del Dueño son órdenes para el Amo.
el perro, bajo supervisión del Dueño, se quitó la jaula por primera vez desde que estaba en madrid. se la había puesto al llegar a barajar y no se la había quitado hasta ahora.
por supuesto el perro no tardó nada en correrse y tuvo el primer orgasmo en tres mese ¿o tal vez en más? la verdad es que el perro no puede recordarlo. desde luego el chorro fue enorme y el perro se vació, al menos un poco. el Dueño pareció disfrutar, y mucho.
el perro se limpió y el Dueño lo estuvo tranquilizando diciendo que había sido una orden suya y que no tenía por qué albergar sentimientos negativos al respecto. antes de que pudiera expresarlo el perro el Dueño ya sabía que algo podría ir mal en su interior después de tener un orgasmo. de hecho efectivamente tuvo sentimientos de culpabilidad y de rechazo consigo mismo por haber "roto" la castidad, incluso siendo orden del Dueño. es sorprendente como lo que en principio puede ser un premio, como es correrse, puede transformarse en un castigo.
después de dormir una pequeña siesta salimos a dar una vuelta por el centro de la ciudad. fue un paseo raro porque a pesar del calor llovió bastante, un chaparrón veraniego.
cenamos en vips, una vieja tradición desde los primeros viajes del perro a madrid. aún estaba el perro muy sensible.
cuando estaba preparando el viaje, el Dueño le había dicho al perro que este viaje lo llevaría al límite. el perro creyó que se refería al dolor físico y que iba a ser un encuentro muy duro en ese sentido.
sin embargo es cierto que el perro ha sido llevado al límite, pero no física, sino psicológicamente. el perro está muy sensible y con su interior sin ninguna barrera. estos cuatro días bajo la autoridad del Dueño, prácticamente sin hablar, con una experiencia tras otra de sumisión y humillación sin barreras ni defensas ante El. cualquier cosa que el Dueño diga al perro tanto positiva como negativa tiene un efecto devastador en el perro. en eso reside el poder, en que el Dueño puede hundir o elevar al perro según sus deseos.
eso también significa que el Dueño tiene una gran responsabilidad en relación a sus esclavo, como todo Amo con sus esclavos.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
lunes, 3 de agosto de 2015
día 2027 de esclavitud, 114 de castidad
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