para muchos el dog-training es una práctica extrema. para el perro no es más que un estado intermedio en la escala, justo por debajo del esclavo que aún es humano, pero por encima del objeto que es cuando desaparece todo rasgo de humanización. no tienen por qué ser estados permanentes sino momentos esporádicos más o menos prolongados.
tanto para uno como para los otros es necesario un entrenamiento y un estado mental determinado. esto, como tantas otras cosas no sólo recae en el esclavo sino gran parte en el Amo y en su habilidad para romper sus resistencias.
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