la palabra es un don humano, y hablar un privilegio de los hombres. sin embargo un esclavo voluntario, aún manteniendo su categoría de hombre, ya no es libre así que ha perdido el derecho a hablar. cuando se baja un escalón ya desaparece incluso esa posibilidad. un perro voluntario vive en silencio y sólo obedece a su Amo. por eso las mordazas tienen tanta fuerza, tanto sentido, tanta funcionalidad. sin ellas el perro puede caer en la tentación de hablar, de decir lo que no debe, de contestar al Dueño. la mordaza garantiza que eso no ocurra y le salva de cometer esa falta. la cadena al cuello del esclavo de la foto no deja lugar a dudas. ese es su sitio y así es como debe estar.
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