la asimetría propia de cualquier relación de Dominación/sumisión puede manifestarse de muchas formas: en la forma de vestir, en el comportamiento, en la manera de hablar, en las miradas, en el lenguaje corporal... hay cientos de forma. de hecho, en las escasas ocasiones en las que el Dueño y el perro han estado juntos en un entorno vanilla, el Dueño ha tenido que decir al perro que se comportara normalmente, lo cual ha costado bastante porque su tendencia natural, delante del Dueño, es a llamarlo de Usted, con su título, Dueño, y mostrarse completamente sumiso. en esta foto antigua no hay ninguna duda de nada. resulta evidente quien es sumiso y quien Dominante, quien está arriba y quien abajo, quien manda y quien obedece.
para muchos parecerá injusto, anacrónico, pero al perro le da una absoluta y completa tranquilidad saber lo que tiene que hacer, cuándo tiene que hacerlo y cómo tiene que hacerlo. no hay entonces posibilidad de error, sólo obedecer, nada más. si además se hace, como el Amo y esclavo de la foto, en cueros, mucho mejor.
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