el siguiente puñetazo en el estómago hizo que se doblara en dos y cayera a cuatro patas casi sin respiración. la vista se le nubló. en cuanto pudo ver de nuevo sólo llegó a ver unas brillantes botas negras vaqueras justo delante de su cara.
-Traedlo- oyó decir
entonces otras manos lo empujaron al suelo, doblaron sus brazos a la espalda y le pusieron unas esposas. alguien metió un pañuelo en su boca y la cerraron con cinta americana que salió de alguna parte. fue entonces cuando supo que se había equivocado hablando con aquel motero.
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