sábado, 9 de mayo de 2015

día 1941 de esclavitud, 28 de castidad

nada más despertar el perro saludó a su Dueño como hace cada día. a continuación le suplicó permiso para llevar hoy la jaula de castigo. el Dueño ya había pensado en eso, de hecho le iba a decir al perro que la llevara hoy. así que el perro se la puso. es tan ajustada... hoy tenía el perro que hacer cosas así que salió con ella. eran cosas prosaicas: lavar el coche, comprar algunas cosas para casa, etc. llevar la jaula las convirtieron en acciones de sumisión. lo curioso fue que la jaula no molestó prácticamente nada. el perro apenas se sido cuenta de que la llevaba, salvo en algún momento que se hizo presente. es cierto que el metal pesa más que el plástico del que está hecho la jaula de diario, pero tampoco fue tan castigo como el perro se imaginaba. al no tener piezas móviles, tampoco pincha la piel ni nada por estilo. el único "inconveniente" es que transforma la erección en dolor. al no haber espacio el pene está muy constreñido y no permite otro estado que la flacidez más absoluta. tanto la de diario como la de castigo ocultan completamente el pene del perro, dando la sensación de que efectivamente el perro está castrado. ¿es una sensación? a veces el perro lo duda porque la orden del Dueño es como una cirugía. la única diferencia es que la orden es reversible, la cirugía no. el hecho es que, en estos momentos, el Dueño puede usar el sexo no como una recompensa, sino como un castigo porque para el perro se ha convertido eyacular en una experiencia desagradable.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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