martes, 28 de abril de 2015

día 1930 de esclavitud, 17 de castidad

a veces uno piensa que no puede ser más sumiso, que estar más humillado, y entonces ocurre un hecho que te demuestra que estabas equivocado y que siempre puedes bajar un poco más. en este caso hoy ha sido que el perro se ha puesto el holy trainer que llegó ayer y que ha ido a buscar a la oficina de correos. después de la experiencia de dos jaulas, una de plástico y otra de metal, el perro pensaba que estaba preparado para lo que vendría. nada más lejos de la realidad. nunca se había puesto nada tan restrictivo, tan aprisionador, que diera la sensación de que, efectivamente, tu pene había desaparecido.
al final el mayor temor del perro no fue tanto, la anilla que sujetaba los genitales tiene el tamaño adecuado. sin embargo tuvo problemas para meterse el tubo, porque era demasiado pequeño. además la excitación de tenerla por fin hizo que se excitara, con lo que el trabajo de meterla fue aún más difícil.
tampoco fue fácil meter el mecanismo de cierre porque las dos piezas deben encajar. una vez hecho la jaula queda firme, sin movimiento casi ninguno y muy pegada a los testículos. en un primer momento al perro le resultó extremadamente cómoda. no hace ruido cuando caminas y mantiene, al menos en los primeros momentos, una constante sensación de contricción, de estar sujeto, de estar enjaulado. por supuesto inmediatamente el perro hizo un video y varias fotos para el Dueño, que se mostró extremadamente complacido, primero de que el perro volviera a estar enjaulado con ciertos niveles de seguridad; y segundo por cómo le quedaba la jaula. dijo dos expresiones sencillas, pero que taladraron la mente del perro como si fueran una cuchilla. la primera fue que este era un gran paso, y la segunda que ya estaba castrado.
la idea de estar castrado, incluso aún teniendo pene, es algo que ya había salido anteriormente, pero que nunca había sido tan explícito, o al menos no le había parecido al perro tan real como lo ha sido hoy. el perro no sabe si durante estas dos semanas escasas en las que ha estado sin jaula, inconscientemente, la mente del perro había pensado que se había terminado su vida en castidad o que, pero efectivamente hoy ha sido como un nuevo comienzo. lo que el perro tiene que terminar de aceptar, de asumir sin ninguna duda, es de que no hay marcha atrás. esto es definitivo. el perro morirá con la jaula puesta, a menos que sea "liberado" por el Dueño, algo que el Dueño afirma que no pasará. en cualquier caso el Dueño añadió ayer otra cosa, una norma que estaba ya vigente, de hecho sólo la recordó: el perro sólo podrá sacarse la leche con la jaula puesta, y sin estimularse la próstata, tal y como hizo en su último viaje para servir al Dueño. esto es algo que el perro cree extremadamente difícil con la nueva jaula de hoy.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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