domingo, 26 de abril de 2015

día 1928 de esclavitud, 15 de castidad

el Dueño volvió a ordenar lo mismo que ayer: silencio y trabajo. siempre pensó el perro que esa será su vida tras el Gran Salto: silencio, trabajo, bondage, cuero y botas. no hay forma adecuada que pueda describir lo que siente el perro cuando recibe una orden de su Dueño. es como si todo adquiriese sentido y todo estuviera como debía estar.
por supuesto el perro obedeció y se sintió bien obedeciendo, como siempre. realmente es una de las pocas ocasiones en que el perro se siente completamente bien, cuando obedece. aunque sea en la distancia la obediencia es lo que marca la diferencia entre un día vulgar y un buen día.
a la mayoría de la gente no le gusta obedecer y quieren hacer lo que ellos quieren. realmente no es así sino que hacen lo que les incitan a hacer. para ello se usa el ruido, intentando apagar la cabeza de forma que crees que estás decidiendo y pensando, cuando realmente son otros los que piensan y deciden por tí.
por eso el silencio es tan importante, porque así puede escuchar las órdenes, tanto de otro como de tí mismo. con el ruido crees que decides tú, pero no lo haces, sólo sigues los dictados de otro.
el silencio es necesario para el esclavo, porque así no se equivoca, y está más preparado y dispuesto para oir las órdenes del Amo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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