hay imágenes que son casi perfectas. esta es una de ellas. sólo echa de menos el perro que el esclavo lleve una jaula. no tiene derecho a llevar su pene al aire, porque no tiene derecho a ser humano, a tener sexo, a tener pene. aparte de eso todo está controlado por el Amo: sus movimientos, su visión, su palabra... todo. no conforme con eso el Amo mantiene al esclavo en un estado de estimulación dolorosa con esas pinzas en los pezones. perdido en su oscuridad, falto de otros estímulos, el esclavo sólo tiene ese dolor en el que concentrarse. eso lo hace aún más intenso. el perro imagina que está gimiendo, llorando, gritando de dolor incluso, pero con la mordaza nada puede hacer. está perdido en su propio dolor, fortaleciéndose para ser merecedor de su Amo.
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