lo que tiene la esclavitud voluntaria que vive el perro es que es irrevocable e inevitable. no hay forma de escapar de ella. incluso en momentos de mucha actividad de la no-vida el Dueño siempre está presente, el perro siempre lleva la jaula y, sobre todo, sabe que está caminando hacia la sumisión. obedece al Dueño y sigue con su rutina. la rutina es la que salva al perro porque le da algo a lo que agarrarse. los perros, al igual que los esclavo, somos animales de costumbres y la rutina nos ayuda mucho. un esclavo agradece tener las cosas claras y saber qué se espera de él, así como lo que se espera que haga.
llegará un día en que todo será rutina, un horario bien estipulado, unas normas muy estrictas que cumplir y sólo la obediencia en todo momento. cuanto más liado está el perro más se agarra a este horizonte en su futuro. el Dueño garantiza que será así.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
viernes, 20 de marzo de 2015
día 1892 de esclavitud, 339 de castidad
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