jueves, 19 de febrero de 2015

día 1863 de esclavitud, 310 de castidad

los minirelatos del perro son narraciones ficticias que el perro publica en el blog y que suelen tratar de situaciones comprometidas con algún fetiche involucrado. hoy sin embargo el propio perro ha protagonizado una él mismo.
por la mañana todo fue como siempre. sin embargo, por la tarde fue a tomar café con permiso del Dueño por lo que tuvo que ir a las palmas, y una vez allí y tras terminar el café, recordó que habían hablado de comprar un nuevo par de botas, iguales a las que tiene ahora, pero marrones. de hecho el Dueño ya había dado su permiso explícito en una conversación anterior y había ordenado al perro que fuera mirándolas.
el perro fue a la tienda, la única que conoce que tiene sendras, que está en la calle ruiz de alda y preguntó si tenían el modelo que llevaba en marrón, y efectivamente lo tenían y en la talla del perro. así que el perro obedeció y dijo que se las quedaba.
como no tenía para tarjetas, tuvo el perro que ir al cajero. a medio camino le entraron ganas de orinar así que fue al corte inglés que está al lado y fue al baño. justo es entonces cuando el perro se da cuenta de que las botas que lleva han empezado a despegarse ligeramente por la suela, debido al uso continuado.
regresó el perro a la tienda y compró las botas. de vuelta al coche se acuerda de que había una zapatería de camino y allí va a preguntar si pueden arreglar las botas negras que llevaba.
al llegar ve al zapatero, a quien conocía de antes, precisamente por verlo con botas, justo a tres tios más. el perro le pregunta y le dice que sí puede arreglar la bota y le dice cuanto cuesta. los otros tres tíos se quedan mirando. cuando el zapatero coge la bota y la mira dice: "uff es muy buena y está nueva salvo por esto", dijo señalando la zona despegada. el perro percibió inmediatamente el tono de admiración.
el perro dejó las botas para que las arreglase y allí mismo, bajo la mirada de los cuatro, desempaqueta las botas marrones, se quita las negras y se pone las marrones.
sin duda el zapatero es un amante de las botas y sabe apreciar unas buenas. incluso en la conversación me preguntó el precio. se lo dije y además añadió el perro. "son cosidas a mano".
ni corto ni perezoso, el perro regresó a ca como a con las botas nuevas. todo ocurrió en un espacio muy pequeño y bajo la mirada de todo el grupo, los amigos del zapatero. aún tiene el perro que volver a recoger las botas. a lo mejor lee esta entrada y comenta algo. desde luego el perro apostaría que es gay, y como decía, lo ha visto con botas en más de una ocasión.
uno nunca sabe a quien se puede encontrar o como pero lo más llamativo es que el perro, antes de convertirse en un perro, nunca habría hecho algo así. lo que lo motivó fue que sintió angustia de pensar que se quedaría sin botas o que no podría llevarlas hasta que las arreglaran. el perro tiene una dependencia de las botas muy fuerte.
el perro se lo contó todo al Dueño en cuanto llegó al coche y le agradó mucho el relato. le divirtió y se lo pasó bien. también ayudó el hecho de que el perro estaba muy contento, casi entusiasmado con sus nuevas botas.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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