martes, 20 de enero de 2015

día 1833 de esclavitud, 280 de castidad

el perro tenía una presentación importante en el trabajo. bueno, realmente tenía dos, en las que iba a hablar delante de una cantidad respetable de personas. el perro esperaba alguna resistencia, pero fue con botas y jaula. las botas fueron evidentes para todos, la jaula para nadie.
el Dueño ha ordenado al perro no dejarse pisar y el perro obedece y así pasó. el perro hizo su presentación y salió bien, al menos ese fue el feedback que recibió. aunque la resistencia se produjo, no fue tanta como esperaba el perro, ni tan efectiva como esperaba la "resistencia". el perro tuvo que estar concentrado delante del auditorio pero no pudo evitar pensar en un momento dado:"¿qué pensarían si supieran que llevo una jaula? ¿y que soy un esclavo? ¿y que vivo humillado? posiblemente la resistencia sería mayor pero al perro no le importa, ni a nadie de hecho, si el perro vive de rodillas. hace su trabajo y lo hace lo mejor posible, y por lo que recibe, no lo hace mal.
cuando el día terminó, el perro estaba agotado, muy cansado pero con los objetivos cubiertos. ya lo dijo el Dueño en un momento dado: "la mejor forma de servirme es haciendo bien tu trabajo".
el balance de la esclavitud es claro: el perro está más centrado, se siente más integrado, es más feliz y mejor trabajador. ¿quien no quería algo y alguien así? aquella frase de "pos sus frutos los conocereis" se hace hoy más evidente para el perro.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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