domingo, 4 de enero de 2015

día 1817 de esclavitud, 264 de castidad

el perro despertó hoy aún con cierta pena por lo de ayer, pero suplicó al Dueño permiso para ir a hacer algunas compras de reyes para algunos familiares y el Dueño se lo concedió. el resto del día lo pasó en casa, una vez regresado. mañana las palmas será una locura y el perro no quiere salir de casa.
precisamente estaba el perro caminando por la ciudad con sus botas cuando se acordó del Dueño y le envió un mensaje. a pesar de todo parece que el año ha traído nuevos ímpetus de sumisión al perro. cada día el perro es más perro. ha cruzado una linea que ya no tiene marcha atrás, que ya no se puede volver a cruzar en el otro sentido. el perro podrá ser un perro callejero si ocurre algo con el Dueño, pero ya no dejará de ser un perro.
llegará un día en que podrá demostrarlo diariamente a su Dueño, obedeciéndolo y sometiéndose a su voluntad, hasta que ese día llegue va buscando nuevas formas que puedan servir al Dueño para controlarlo y ejercer su dominio de forma más efectiva.
hoy las botas sirvieron para eso, para sentir al Dueño cerca y sentirse de su propiedad. nunca pensó el perro que un objeto tuviera ese efecto y fuera tan eficiente en realizarlo, a pesar de que esta es precisamente la definición de un fetiche.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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