el perro ha hecho otro ejercicio de la no-vida: comprar regalos para sus familiares. el perro, tras pedir permiso al Dueño, fue a las palmas, la capital de la isla, a hacer algunas compras. mucha gente, muy alocada, sin control. todo el mundo deseándose felicidad, todo el mundo mintiendo de una u otra manera. esas situaciones son agotadoras para el perro. lidiar con tanta gente es, cuanto menos, incómodo.
la tarde la pasó el perro en casa, encerrado. una nueva tarde tranquila, leyendo y escribiendo en casa.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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